El incienso de pino se caracteriza por su aroma fresco, limpio y ligeramente resinoso, que evoca la pureza de los bosques y el aire de montaña. Su fragancia revitalizante ayuda a despejar la mente, mejorar la concentración y generar una sensación de renovación y equilibrio interior.
Tradicionalmente, se le atribuyen propiedades purificadoras y energizantes, ya que se considera que limpia el ambiente de energías negativas y promueve la claridad mental.